La Primera Fira más participativa

La Primera Fira ya es historia y se recordará por ser una de las más variadas y participativas de la historia de las fiestas de Inca. Y es que desde primera hora de la mañana hasta última hora de la noche los ciudadanos de la capital de Es Raiguer ofrecieron lo mejor de sí para culminar una jornada, la del domingo, en la que se registró una alta participación en los eventos organizados por el Ayuntamiento y un ambiente de alegría y optimismo que superó las expectativas.

Los comerciantes consultados por www.dijousbo.es coincidieron en señalar que sus ventas fueron mejor que las de años anteriores. Los buñuelos fueron los grandes protagonistas de la mañana. Algunos puestos no daban a basto, tal y como nos explicaba Bibiana Crespí, natural de Lloseta, pero afincada en Inca desde hace cuarenta años: “¿No ves la cola que hay?”, respondió Bibiana cuando le preguntamos por sus ventas. Unos metros más adelante, desde el puesto de la Pastissería Martí Soler nos comentaban a media mañana que este año “va muy bien, no nos podemos quejar”.

Idéntica opinión que la de unos jóvenes estudiantes del Colegio Sant Tomàs d’Aquino de Inca, que buscaban con su tenderete recaudar fondos para su viaje de estudios: “Queremos irnos a Londres. Vemos que hay mucha gente y de momento esta Fira va mejor que el año pasado, en la que ya habíamos participado”.

Por su lado, el presidente de la Sociedad de Comerciantes del Mercat Cobert, Mateo Cabot, recordó que las Fires son “una oportunidad para hacer comercio” y destacó la labor del Consistorio, que “nos ha echado una mano”. Cabot finalizó explicando que “no nos podemos quejar. Tenemos una clientela consolidada, pero ahora lo que hace falta es terminar de salir de esta crisis y sobre todo quitarnos el miedo”.

Pero el éxito de la Primera Fira se fundamenta en la gran cantidad de eventos de todos los tipos que se han celebrado y en la respuesta popular que éstos han tenido. El tiempo también sonrió a la Primera Fira. Unas gotas de agua caídas al mediodía hicieron temer lo peor, pero los transeúntes ni siquiera se inmutaron.

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