Fue un domingo. Día 6 de mayo de 2012. Bahía de Pollença. El deportista mallorquín Joan Reinoso Figuerola participaba en el Trofeo Josep Amengual de pesca submarina, formando parte del equipo de Pedro Carbonell. Las condiciones meteorológicas se complicaron y, súbitamente, una fuerte tormenta sorprendió a los pescadores. Un rayo impactó de lleno en el cuerpo de Reinoso. Fue tremendo. Ante la gravedad del hecho, tras los primeros auxilios practicados por el propio Carbonell y un médico de la Federación Balear de Actividades Subacuáticas (FBAS), Reinoso fue trasladado con urgencia a un hospital. Y empezó su segunda vida. Tras un coma, tuvo que volver a empezar a hablar, a comer, a caminar, a vivir, a luchar…
Joan Reinoso (Inca, 1991) ha sido, este martes, gran protagonista en su ciudad. El reconocimiento que ha recibido en el Museo del Calzado y de la Piel ha sido verdaderamente emotivo. Un canto y una loa a la superación personal de un hombre que se ganó a pulso una segunda oportunidad. “Força, voluntat i coratge” son las palabras que el joven deportista tiene por bandera. El inquer ha agradecido la labor de todo el personal sanitario que ha estado con él en los momentos más críticos de su lucha por la supervivencia y por volver a la alta competición. La sala estaba abarrotada. Hubo gente que tuvo que quedarse fuera. Y es que Reinoso se ha convertido en todo un icono en Inca. Su gente le quiere y le admira. Alguno se emocionó cuando, en un vídeo, se pudieron constatar momentos difíciles del proceso de recuperación del deportista.
El acto, incluido en el programa de Ferias de Inca, se inició con palabras de varios de sus cuidadores más allegados y posteriormente el mallorquín cerró la velada agradeciendo todo el apoyo recibido. La medalla de bronce que consiguió recientemente en los mundiales de Sudáfrica de ciclismo adaptado pasó por su mente, seguro, aunque no lo dijera. Su familia y amigos se reunieron junto a un verdadero luchador de la vida. Hubo aplausos, muchos.
