Pep Nicolau: «El domingo esperamos mejorar con respecto al año pasado»

Pep Nicolau, presidente de la Associació de Comerciants i Restauradors d’Inca, nos cuenta sus primeras impresiones sobre la la Fira de les Oportunitats 2012, nos explica su filosofía y las expectativas que tienen los comerciantes, pese a la crisis.

¿Qué balance podemos hacer del primer día de la Fira de les Oportunitats?

La Fira se inauguró ayer a las 18 horas, y me parece que de momento el ritmo ha bajado ligeramente con respecto al año pasado, por la crisis. La gente es algo más reticente al gasto, está claro, porque no es sólo cuestión de ofrecer grandes descuentos. Es que si no hay dinero no se puede hacer nada. Pero estamos contentos, los comerciantes más o menos me comentan que se han defendido. El domingo, que es el día más fuerte, esperamos mejorar con respecto al año pasado.

¿Qué novedades encontrará el visitante este año?

Fundamentalmente tenemos ropa, ropa de niño, calzado, ópticas, complementos y, por primera vez, tenemos una aseguradora y una tienda de ropa y material deportivo. No ha habido posibilidad, aunque lo intentamos, de contar con ninguna inmobiliaria, pero se muestra una fidedigna representación de todos los sectores. Nosotros siempre tratamos de buscar cosas nuevas para sorprender y atraer al visitante. Hemos de considerar que se trata de una feria ambiciosa y complicada en su concepción. No es un rastrillo ni un mercadillo de fin de semana, es mucho más sofisticado. Es un montaje de ‘jaimas’ de 4×3 metros, con electricidad, tarima, luz y servicio de bar a precios asequibles. Es más que una feria. Ofrecemos alta calidad y variedad a precios bajos. Los visitantes encontrarán hasta un 70 % de descuento en productos de alta gama.

¿Qué ventajas presenta este formato de feria, en lugar del habitual?

Esencialmente, la cantidad de comercios unidos en un mismo lugar. Todo cubierto, con servicios de primera y productos de calidad en el mismo punto. Además, consideramos que la Fira tiene un componente social, se trata de un acontecimiento multitudinario, en el que la gente se encuentra con sus vecinos, hace vida con la gente del pueblo y con la que viene de fuera, y es especial porque se trata de un acontecimiento esporádico, claro. La gente aprovecha el buen tiempo, y de hecho vienen de toda Mallorca; de Manacor, de Son Servera, del Port de Sóller, de Palma… Y de fuera. Dentro de la Fira existen dos citas más concurridas: la del jueves, que al ser el primer día tiene mucha expectación, y la del domingo. En la pasada edición vinieron alrededor de 3.000 personas el domingo, sin duda el mejor día en lo que a afluencia de público se refiere.

¿Cuales son las expectativas, pese a la crisis?

Nosotros somos positivos, aunque conscientes de que las expectativas son buenas fundamentalmente si el tiempo acompaña. Parece que estará nublado, pero que no va a llover, y eso es verdaderamente importante. Yo diría que el 60 % de la responsabilidad del éxito de una feria radica en el tiempo. Teniendo esto en consideración, parece que los datos serán positivos. Tampoco es casual, porque ofrecemos más calidad, más variedad y más cantidad. Es muy importante el ‘boca a boca’, y aparentemente el ambiente que se respira es positivo. También lo es el hecho de que parte de la Fira será nocturna, hasta las 12.

¿Qué productos son los más demandados, cuáles se venden más?

Sin ninguna duda, zapatos y ropa, especialmente los primeros. Un aspecto muy enriquecedor es la presencia de marcas muy reconocidas e instauradas, que sirven de reclamo a la gente, y que de alguna manera se transforman en ‘locomotoras’ para la Fira porque mueven a mucha gente. El año pasado, por ejemplo, vi a un centenar de personas haciendo cola antes de que abriera una tienda, como en las rebajas de El Corte Inglés. Esto confirma que contamos con productos de calidad a precios buenísimos.

¿Existe ya una primera impresión por parte de los comerciantes?

Positiva, porque el que viene, compra. ¿Cómo lo hemos potenciado? Poniendo un pequeño precio simbólico de un euro de entrada. Con esto, lo que conseguimos son dos cosas: por una parte, ayudamos a los comerciantes a sufragar los gastos derivados, como la seguridad, la instalación de servicios higiénicos, el personal, etc. El precio para comerciantes era 100 euros más caro el año pasado, y quedaron una docena de puestos vacíos. Y por otro lado, nos aseguramos en cierta medida de que el visitante está realmente interesado. El objetivo no es masificar y llenar la ciudad sin más, sino facilitar un punto en el que la gente que quiera venga y compre. Además da seguridad y mejora el servicio; esta es la décimo primera edición, y si en las anteriores se ha robado una prenda de ropa ya sería mucho. Y el coste de todo esto para el Ajuntament es de cero euros.

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