El Martes Santo en Inca se vive con gran devoción y fervor, en una procesión conocida como el Vía Crucis, en la que se recorren las principales iglesias de la ciudad para recordar el camino de Jesús hacia la crucifixión. Este año, la procesión ha contado con un elemento especial, ya que los alumnos del colegio Beato Ramón Llull han sido los encargados de predicar en las distintas iglesias visitadas.
El Vía Crucis es una procesión que simboliza el camino de Jesús hacia la crucifixión, y en la que se recorren catorce estaciones que representan las distintas etapas de ese camino. En Inca, esta procesión se convierte en una muestra de la devoción de la comunidad cristiana, en la que cientos de fieles se unen para vivir este momento de reflexión y oración.
Los alumnos del colegio Beato Ramón Llull, han sido los encargados de predicar en las distintas iglesias que se han visitado durante la procesión, transmitiendo su fe y su compromiso con la comunidad cristiana. Su presencia ha dado a la procesión un aire fresco, y ha demostrado el papel activo que pueden jugar los jóvenes en la vida religiosa de la ciudad.
La procesión ha recorrido las principales calles del centro histórico de Inca, visitando las distintas iglesias de la ciudad, como la Iglesia de Santa María la Major, Germanes de la Caritat, la Iglesia de Sant Francesc, Crist Rei, la Iglesia de Sant Domingo, La Salle, la Iglesia de Sant Bartomeu y La Puresa. En cada una de ellas, los alumnos del Beato Ramón Llull han ofrecido sus reflexiones sobre las distintas estaciones del Vía Crucis, en un acto de compromiso y devoción hacia su fe.
El ambiente de recogimiento, respeto y silencio en las estrechas calles del centro de Inca ha sido una constante, demostrando la importancia de la fe en la vida de la comunidad cristiana de Inca.
